19/2/09

Gayarre y The Rake's Progress

19/2/09
Carlos González Abeledo, Presidente de Foro Ópera 1011

El pasado domingo dia 23, en las páginas de LNE me hacían una pregunta - de forma bastante impertinente, por cierto - acerca de a donde iba. En realidad ya me había ido. Me había ido a Navarra el viernes 21 con otras cuarenta y ocho personas aficionadas a la lírica a ver un recital de Juan Diego Flórez en el Auditorio Baluarte de Pamplona. También para asistir el sábado a una representación de "I Puritani"en el teatro Gayarre de la misma ciudad y el domingo a visitar en El Roncal la tumba de Julián Gayarre, uno de los tenores míticos del siglo XIX. Tras depositar un ramo de flores en el mausoleo visitamos el museo ubicado en la misma casa en donde vivió el famoso tenor, mandada construir por él en el mismo solar donde estuvo la casa donde nació.

Fue, por lo menos para mi, muy emocionante todo ello. Me agradó sobremanera ver muchos de los trajes que Gayarre usó para interpretar sus papeles operísticos, entre ellos el de Nadir (Los pescadores de perlas) que llevaba la noche del 8 de diciembre de 1889 en el Teatro Real de Madrid. Noche en que cantó por última vez, ya enfermo, para morir el 2 de enero de 1890, de una bronconeumonía. Mientras, de vuelta a Pamplona, veíamos por televisión el triunfo de España en la Copa Davis, se estrenaba en el Teatro Campoamor la ópera The Rake's Progress. Evidentemente no pude asistir, pero el jueves, ya de vuelta, pude ver y oir la ópera de Stravinsky. Mejor dicho, pude oir, porque lo que se dice ver no la he visto. He visto otra cosa que no es lo que Stravinsky y sus libretistas concibieron, en época por cierto relativamente reciente, por lo que se entiende menos aún que en otras ocasiones el traslado de época. Una vez vista no me arrepiento para nada de haberme perdido en el estreno por el viaje a Navarra: solamente la interpretación de María José Moreno en los Puritanos de Pamplona, por ejemplo, me pareció de mas mérito y enjundia que todo el Rake's Progress ovetense. Y me hizo disfrutar enormemente como aficionado, ¡Que manera de cantar!. Mejor incluso que cuando debutó el papel en el Campoamor en la temporada 1999-2000.

Y volviendo a la impertinente pregunta, aclaro que pienso seguir manifestando mi parecer, siempre que tenga ocasión, acerca de la ópera en general y de las temporadas ovetenses en particular, mal que les pese a los que son incapaces de aceptar la discrepancia y alienten una "claque", en el teatro y fuera de él, cuya existencia es una verdadera vergüenza para los aficionados, tanto veteranos como nuevos. Y que ayudados por cierto sector de la crítica intentan engañar y confundir permanentemente al espectador. Me da verdadera pena ver como la segunda temporada mas antigua de España, con una tradición operística que se remonta al siglo XIX, ha caido con todos el equipaje en los excesos e incongruencias a los que nos ha llevado una pretendida renovación y puesta al día del género, liderada por algunos directores de escena, directores de teatro y prensa comprada, en detrimento de cantantes y músicos, cuando no los propios autores de las obras.

Hay dos maneras de modernizar las cosas. Una haciendo tabla rasa de todo lo anterior, colocandose en el extremo opuesto. Otra, mejorando y adecuando lo existente. Yo, en cuestiones operísticas, estoy de acuerdo con la segunda. Ya llevamos vistas tres óperas de la presente temporada: en la primera parece ser que lo importante fue la participación como corista de la esposa del actual presidente del Gobierno y su presencia en una comida en un establecimiento de los alrededores de Oviedo. En la segunda lo meritorio parece ser que fue el ofrecernos una actualizada visión de la Bohéme pucciniana, trasladada a Mayo del 68, pero con un reparto vocal que quizás haya sido de los peores de la historia del Campoamor. Y en la tercera, y que me perdone Stravinsky, no hemos visto mas que un musical de Brodway, también trasladado de época pese a las advertencias en sentido contrario del propio compositor, que transcurrió sin pena ni gloria. Hasta el punto que muchos espectadores marcharon en el descanso. Y encima hay que aguantar a algunos críticos diciendo que casi todo es maravilloso. Y lo peor es que según mis noticias, el próximo título, "El barbero de Sevilla", la ópera mas popular de Rossini, que a priori cuenta con el mejor reparto de la temporada, está ambientada en el año 2005. Las fotos que se pueden ver de la producción dan pavor. La verdad es que ante este panorama, pensandolo bien, sí dan ganas de marcharse.

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